Descripción
¿Una pared lisa sin la más mínima textura? ¡Qué aburrido! Este papel pintado es todo lo contrario. Visto de lejos, aporta calma a la pared; de cerca, se aprecia un interesante look vintage que evoca la transitoriedad y la belleza del paso del tiempo. El color hace el resto: el beige suave crea una atmósfera relajante dondequiera que se coloque. Este papel pintado da la bienvenida a las visitas en un pasillo, pero es igual de impresionante en el salón o el dormitorio. Gracias a su reverso no tejido, es increíblemente fácil de instalar: aplica la cola a la pared, inserta el papel pintado, presiónalo y listo. Si te apetece un cambio de aires, puedes retirarlo con la misma facilidad: seco y en tiras completas.